¡VAYA SALUDO!

Por el camino hacia “El Tambo”, se encontraba José Luis Horna Chávez, alias “Pepe Gallo”, “Conejo”, en fin, no sabría precisar – Porque nuestro infortunado personaje contaba con un rosario de apelativos, con los cuales lidiaba a diario y que desde ya, molestaban su existencia.
Dirigíase presuroso a la casa de su tía. Pues llevaba el recado que la vaca preñada estaba a punto de parir a su tercer ternero.
A cierta distancia “Pepe Gallo” logró alcanzar al señor Crespiniano Chávez (que se hallaba en la misma ruta) y como tenía prisa , sin disminuir la marcha saludó cordialmente.
- Buenas tardes tío “Payano”.
Don Crespiniano, frunciendo el ceño, logró coger al dichoso sobrino de una oreja deteniéndolo en seco; y, sin soltar la misma respondió:
- ¡Oite pué, hijo! ¡Mi nombre no es “Payano”! ¡Mi nombre es Crepiniano…!
“Pepe Gallo” extrañado por el reclamo y el jalón de orejas; que por cierto debió haberle dolido, porque con los ojos llenos de disimuladas lágrimas, contesto:
- Ya tio “Payano”
Y con esto siguió su camino, maldiciendo lo sucedido pero presto a recuperar el tiempo perdido.

Por Elmer Zelada Zamora

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